lunes, 22 de abril de 2019

Jonás dio vida a la dulzaina




Nos dejó Jonás.  

Jonás Ordóñez fue el dulzainero de Laguna, nacido y criado aquí. Hijo y nieto de dulzaineros, se inició en el arte con su padre, como es habitual en tantos músicos de este instrumento. Su abuelo tocaba todos los instrumentos que caían en su mano: guitarra, acordeón, dulzaina, aunque en palabras de Jonás, todos los tocaba mal. El padre de Jonás mejoró la técnica aprendida del abuelo, tocando con el tío Granizo, un peón caminero metido a dulzainero en sus horas libres. Aprendió música con el sacristán del pueblo, que era al tiempo organista. Y con los primeros ingresos se compró una dulzaina cromática de ocho llaves. En los años veinte y treinta, el padre de Jonás tocaba por los pueblos con sus hermanos Jonás a la dulzaina y Antolín a la caja. eran conocidos como "los Roquines". Tocó también con dulzaineros de prestigio como Daniel Esteban y el gran Agapito Marazuela. Jonás Ordóñez aprendió con su padre, tocando con él en los años cincuenta. Luego llegaron las orquestinas, y a los dulzaineros les tocaba entonces tocar en los descansos o repartirse el tiempo con las orquestinas. Igual que su padre, llegó a tocar con Agapito Marazuela, con el que trabó una buena amistad. Tras un parón de 12 años, Jonás volvió a coger la dulzaina en los años setenta. La tradición musical de la familia Ordoñez se continuó con sus hijos, que le acompañaron en los últimos tiempos en sus actuaciones; aunque luego ellos actuaron por su cuenta. Su hija, Adelina fue la primera dulzainera castellana.


Jonás creó la primera escuela de dulzaina de la provincia de Valladolid, en 1980, en colaboración con el ayuntamiento de Laguna.
En los últimos años, continuó la tradición de la dulzaina con la fabricación artesana del instrumento, convirtiéndose en uno de los escasos artesanos de este instrumento en España. Su formación autodidacta no le impidió convertirse en un reconocido artesano que servía pipas de dulzaina a todas partes de España y a países como Francia y Alemania.
Nos ha dejado la composición de "el Charamugo", una pieza a medio camino entre una diana y unas "habas" a la que muchos denominan simplemente "las habas de Laguna".
A lo largo del tiempo, Jonás fue adquiriendo una serie de piezas antiguas de instrumentos de música popular que le permitieron  reunir una magnífica colección que mostraba gustosamente a las personas interesadas por este mundo.
Jonás nos ha dejado.
Quede en nuestra memoria la contribución de este gran dulzainero que dio vitalidad a las raíces de esta tierra.



                                         Pincha aquí para ver el museo de Jonás



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